¿Últimamente has notado que tu bebé rechaza la comida y llora? Así juguemos con ellos, les mostremos el avioncito y hagamos mil maniobras…no logramos que nuestro pequeño pruebe al menos un bocado.
La falta de apetito en los niños podría ser por muchas causas:
A lo largo del desarrollo, los bebés y niños pasan por una serie de crisis y brotes de crecimiento que afectarán a su alimentación y es completamente normal.
Durante los primeros meses de vida del bebé e incluso el primer año, notamos que ha engordado y su crecimiento ha sido evolutivo. Se alimentan únicamente de leche materna o fórmula. En cambio, al segundo año, el crecimiento es mucho más lento; unos 9 cm de alto y un par de kilos. Tenemos que tener en cuenta que su estómago es bastante pequeño y no podemos crear grandes expectativas respecto a la cantidad que deben ingerir.
Si el rechazo es constante y se niegan a comer ya sea si los alimentos son triturados o sólidos, no debería preocuparnos, ya que, hasta el año de edad, su alimento principal es la leche materna o la leche de fórmula, por lo que, de momento sus necesidades nutricionales están cubiertas. De todas maneras, siempre debes consultar con tu pediatra.
¿Qué debo hacer si mi bebé insiste en no querer comer?
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No lo obligues a acabar el plato: Según la Academia Americana de Pediatría manifiesta “Acabar con el club del plato limpio”.
Los bebés nacen con una capacidad innata para responder ante sus señales de saciedad y hambre, eso es excelente. Por el contario, si los obligamos a que acaben el plato de comida, podemos lograr modificar esa capacidad innata que tienen y, además, no tiene ningún beneficio para la salud ya que pueden sufrir de obesidad. Considera poner alimentos en su plato con la medida justa para que así se sientan más seguros. -
Crea un ambiente feliz: Es súper importante el espacio y tiempo a la hora de comer. Evita que ese momento esté condicionada al castigo, discusiones y cualquier problema externo.
- Evita las distracciones (incluso las pantallas): Si de comer se trata hacemos lo que sea para que nuestro pequeño pueda comer y eso implica tener prendida la televisión, celular, etc. Si hacemos esta práctica, lograremos una mala distracción del momento presente de la comida y, además, que pueda consumir un exceso de calorías que conducirían a la obesidad.
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Se creativa con la comida: ¿Creatividad en la comida? Los niños, al igual que los adultos, comemos muchas veces por lo visual. Si vemos un plato tentador es más probable que nos apetezca comerlo de inmediato y, además, nos de curiosidad. Lo mismo pasa con los niños.
Podemos formar figuras, nombres ¡no hay un límite! Aplícalo especialmente si vas a utilizar un nuevo complemento nutricional en su plato. -
Enséñale a comer en familia: Los niños tratan de imitar todo de los padres. Tratemos entonces de instruirlos a comer en una mesa junto a la familia (si es el mismo plato, mejor).
- Dales libertad a elegir: Anteriormente te recomendamos no obligarlos a acabar el plato. Ahora, podemos darles la libertad plena de elegir qué quieren comer. Podemos poner en su plato un mix de proteínas, hidratos de carbono, frutas y verduras. Dales la plena confianza para que elijan por cual empezar o qué comer.
¿Cuándo deberíamos consultar al médico?
Si el rechazo es constante a pesar de todas las recomendaciones, es importante que podamos asistir al pediatra.
Algunas señales:
- Cuando se trata de un recién nacido y le cueste engancharse al pecho o tomar el biberón.
- Si además del rechazo por la comida notamos signos de decaimiento, apatía, irritabilidad, perdida repentina del peso o deshidratación.
- Vómitos frecuentes, deposiciones anormales.
Recuerda que no siempre tenemos que alarmarnos… Dale un poco de espacio y respeta sus etapas. Además de ello, puedes ofrecerle variedad de ingredientes y preparaciones en todas sus formas. Prueba y observa, si ves que este comportamiento se alarga, no dudes en consultar con el pediatra.
Y a la hora de comer… ¡Asegúrate de tener los mejores accesorios!
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